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262 LAS CONSTITUCIONES DE ALBACINA estrechas y pobres, lo suficiente para que el brazo pueda entrar y salir libremente. 7.3. Igualmente, ordenamos que quien no pueda ir descalzo, habiéndolo probado antes y no pudiendo resistirlo, lleve las sandalias, como los Após– toles y nuestros padres antiguos, pobremente, todo lo más que se pueda, como requiere nuestro estado, y que no se lleven zuecos. 24. Igualmente, ordenamos que los predicadores, que tienen que pre– dicar la Palabra del Señor, cuando van de viaje y de un lugar a otro, no lleven más de tres libros que su oficio exija. Y se ordena también a los prelados que no dejen estar ociosos a los predicadores, a quienes el Señor dará la gracia, sino que los hagan cultivar la viña del Señor predicando, no solamente la Cuaresma, sino también durante el año en las fiestas que se presenten y en otros días oportunos; y sean de tal calidad aquéllos que vengan destinados a dicho oficio, que la primera predicación sea su buena vida y su buen ejemplo; no ávidos de un hablar artístico ni tam– poco de sutiles especulaciones, sino que prediquen pura y simplemente el Evangelio del Señor. Y a los demás sacerdotes y clérigos, que no saben predicar, concédaseles un librito espiritual, escrito a mano o impreso, y el breviario para su uso, y no más. 25. Igualmente, ordenamos que ningún hermano tome cosas conce• didas para uso de otro hermano, sin licencia del superior o de aquel a quien se han concedido para su uso; y quien obre en contrario, haga una comida a pan y agua y diga la culpa ante los hermanos; y el Padre Guar– dián hágale una buena reprimenda, para que otra vez no lo repita; y cada uno ponga alguna seüal en lo que se le ha concedido para su uso. 26. Igualmente, ordenamos que los hermanos todos se vistan de paños viles, como dice la Regla, 11 y de los más viles que se encuentren en las regiones en que moran; y de los más abyectos y despreciables y apagados de color que se encuentren. 27. Igualmente, ordenamos que ninguno lleve alforja, faltriquera o sombrero; sino sólo dos pares de calzones y dos pañuelos pobres, quien los necesite; y tengan cuidado de que los breviarios y demás libros no sean curiosos ni tengan tampoco grabados curiosos, ni coronas ornamen· tales curiosas ni otras curiosidades, que son más bien cosas femeninas que "de religiosos, y que las coronas ·sean viles y despreciables. 28. Igualmente, que ninguno presuma poner un estudio, excepto el leer alguna lección de las Sagradas Escriutras y algún libro devoto y espiritual, que lleven al amor de Cristo y a abrazar su cruz. 29. Igualmente, que no se dé licencia para confesores si no tienen al " 2 R 2, 16.
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