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LAS .CONSTITUCIONÉS DÉ ALBAClNA 259 no aceptar recompensa de los seglares y de no recibir trentenarios ni otras misas, no sea que a causa de esto los sacerdotes fuesen constreñidos a decir misa por necesidad. Y guárdense los prelados completamente de la codicia de atraer al pueblo a los eremitorios y lugares donde habitan diciendo misas y oficios, a fin de que el pueblo traiga limosnas y otras cosas. El caso es éste: queremos y ordenamos que de ningún modo se reciban misas. Mas si alguien nos dice: «Hermanos, decidme una misa 0 más», respóndasele devota y discretamente diciendo: «Nosotros rogare– mos a Dios por vos en nuestras misas»; y se podrá incluso añadir una oración colecta particular en la misa por aquella persona para satisfacción suya. Y evítese en absoluto recibir limosnas por misas o por oraciones. Pero· si ofrecieran pan y vino u otras cosas de alimentación, se podrán recibir como limosnas dadas por quien no pidiese oraciones. Y háganse las oraciones sólo por simple caridad y por amor de Dios. 7. Igualmente, ordenamos que se haga la disciplina después de maiti– nes, excepto en los lugares muy fríos, donde en invierno se podrá hacer por la tarde. 8. • Igualmente, ordenamos que la orac10n se haga a los tiempos seña– lados por la Orden; y si alguno se encontrase indispuesto en aquella hora, ordenamos que no deje de hacer una hora de oración. Y establecemos otros dos tiempos para dicha oración, uno después de vísperas y el otro antes de tercia, pero no será oración pública y con toque de campana, sino secreta. Y con esto no intentamos que, si estuvieran ocupados en alguna necesidad por sus superiores, no tengan que obedecer, sino obedezcan igualmente a dichos superiores. Y notad que esta hora ha sido elegida así por la Religión y ordenada para que haya un buen orden y sea una función religiosa, y también por muchos de los hermanos tibios y pere– zosos, a fin de que no carezcan de aquella hora. Pero los hermanos devotos y fervorosos no se contentan con una hora, ni con dos o tres horas, sino que emplean todo su tiempo en orar, meditar y contemplar. Y como verdaderos contemplativos, adoran al Padre en espíritu y verdad. 6 Y exhor– to a los hermanos a que tengan este esmero, porque este es el fin para el que se han hecho Religiosos. 9. Igualmente, ordenamos que se observe inviolablemente el silencio desde el primer toque para completas hasta después de la misa conventual y ordinaria; y esto siempre. Y desde Pascua hasta la mitad del mes de agosto, dése la señal de silencio una vez lavadas las escudillas, y man– téngase el silencio hasta el toque de vísperas. Y si alguno de los hermanos faltara en este tiempo, dirá la culpa de ello y se dsciplinará ante los hermanos. 10. Igualmente, ordenamos que, en este tiempo y en todos los otros, 6 Cf. Jn 4, 24. ........___ _

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