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266 LAS CONSTITüCIONES DE ALBACINA sencilla, o una simple cruz con los misterios de la pasión, como la lanza, la esponja, los clavos. 53. Igualmente, ordenamos que los lugares ya construidos que nos fueran ofrecidos, de ningún modo se acepten si no son pequeños y pobres tanto en lo que se refiere a la iglesia como a la vivienda, según lo que hemos dicho más arriba y según la voluntad de N. P. S . Francisco, quien dice: Que los hermanos tengan iglesias y moradas pobrecillas, y de nin– guna manera reciban las que para ellos se construyen si no son como coni:iiene a la santa pobreza, que firmemente prometimos en la regla, hos– pedándose allí como peregrinos y forasteros.1 8 Y cuando se vayan a tomar tales lugares, sígase el consejo de los dichos hermanos de bien, espiri– tuales, devotos y fervorosos. 54. Igualmente, que los hermanos que no están débiles duerman sobre tablas , esteras, paja o sarmientos, sin jergón, con una viga o cabezal de paja quien lo quiera. 55. Igualmente, adviértase con gran diligencia que no se deje fácil– mente entrar a mujeres en los lugares y eremitorios donde habitamos; y si puede hacerse con buenos modales que no entre ninguna en absoluto, hágase. Porque, como dice S. Agustín, el mundo y la mujer no se vencen fácilmente más que huyendo.1 9 56. Igualmente, ordenamos que no se reciban muertos para enterrar, a no ser algún pobre que lo trajesen hasta el lugar, sin que los hermanos fuesen por él, y que los otros no hubiesen querido enterrarlo porque era pobre y no les pagaba. Estos tales, cuando sean traídos a los lugares y eremitorios donde nos encontramos, pueden ser enterrados, porque es una obra de caridad y de misericordia; y no reciban cosa alguna, sino rueguen por caridad y por amor de Dios por su alma. 57. Igualmente, se ordena que los hermanos no pretendan tomar alguna refección fuera de la mesa y del lugar establecido, y que se guar– den, como cosa inconveniente e irregular, de ir tomando alguna cosa por el huerto, de comer frutas o alguna otra cosa, sin la licencia y bendi– ción de sus superiores. Y cuando vayan fuera del lugar, acostúmbrense siempre a que, cuando se presente alguna necesidad de tomar refección, la tomen si la necesitan, con la licencia y bendición del hermano más antiguo; y cuando lleguen a otros monasterios y lugares, no tomen nada sin la licencia y bendición del superior de dicho lugar. 58. Igualmente, se ordena, como cosa conveniente y religiosa, que cuando los hermanos tengan necesidad de hablar, sea en tiempo de silencio o fuera de él, a otra hora, hablen siempre en voz baja y con toda ama- 18 Cf. Test 24. 19 Es una cita de contenido más que literal de las palabras del santo doctor.

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