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£6 E | cion de éste decreto no se verificó hasta pasados mas de cinco mil años, aun que ya Dios manifestó á Adan luego que pecó señales de €l, dandole á conocer el “medicamento y remedio de la herida del pecado, para que no desesperase de su salud. Llegado el tiempo en que Dios quiso hacerse hombre, que fue cuando el mundo estaba inundado: de maldades, por que los gentiles habian crecido tanto en la idolatría, que olvidandose del ver. * dadero Dios se hacian adorar como Dioses, los Judios estaban llenos de hi. pocresías, avaricias, ambiciones, y otros innumerables pecados; la tierra toda estaba anegada con un diluvio de in- mundicias, y carnalidades, alcanzando. se como dice Oseas una ola de iniqui- dad á otra. Aunque tanta muchedum- bre de pecados provocaban las Divinas venganzas para esterminar al hombre, se acordó de hacernos mayor miseri- cordia, oyendo los clamores y suspiros de tantas almas justas, y en lugar de anegar otra vez el mundo con otro di- luvio, Ó abrasarle con fuego como á Sodóma, quiere anegarle con las efu- siones de su amor dandole su propio Hijo para que le remedie, y vino el