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A na EE a TM VII i 426 munion no tan solamente nos. llenamos del Espíritu de Dios, sino que nos in. corporamos con su Unigenito Hijo, y nos unimos á él. eE ( ORACION AL PADRE ETERNO. OFRECIENDOLE. | EL SACRIFICIO DE SU HIJO. Pare Eterno, clementísimo y Sobe- rano Criador de Cielo y tierra, yo mi< serable pecador juntamente con la. Igle- sia os ofrezco este preciosísimo Sacri- ficio, y en él 4 vuestro Hijo Jesus; ; os ofrezco cuantos se han hecho y ha- rán en todo el mundo. Vuelve Señor los ojos de tu Magestad sobre esta obra hechura de esa Soberana, mano; la Diagió que derramó vuestro Santísimo Hijo y mi Señor Jesucristo fue. para. que me perdoneis mis culpas é ingra- titudes, y los pecados de todo el mundo. Padre mio siendo este Sacrificio el de mas valor, y con el que quedais sa- tisfecho, yo os lo ofrezco, que para eso