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378 E ner tu mansion en mi Alma? ¿De dón. de me ha benido tanto bien? ¿Qué mi Dios y mi Señor venga á mi? ¿Si log Cielos de los Cielos no te pueden com: prebender, cuanto ménos mi pobre mo: rada? ¿Si los Angeles no son puros en tu presencia? ¿Qué has encontrado en mi, Señor, que te haya movido á des. cender del Trono de tu Gloria al abis. mo de mi miseria? ¡O grande obra de piedad! Venid todos los que temeis 4 Dios, venid , vereis, yo os he de referir las maravillas que el Señor ha obrado con mi Alma, porqne siendo yo un vaso de miseria, y del mayor desprecio, hi- jo de ira, y lleno de mil faltas, incli- nó los Cielos, y descendió, y el que tiene su asiento en las alturas, se hu- milló 4 tomar posesion de mi corazon, y de tal manera me engrandeció, que todos las cosas buenas me han venido juntamente con él. ¡O cuán bueno es el Dios de Israél, que se ha dignado visitarme! == Por tanto alegrese toda la tierra, dele gracias al Señor, los Angeles le alaben, los Santos canten de placer, todas las gentes le den las muestras de