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do siempre nuestra Alma limpia y pura, PAUSA MEDITANDO. PROPOSITOS. a o Divino, que con la mayor yi. gilancia cuidas de tus obejas adminis. trandoles el sabroso manjar de vuestra Santísima ley, y llenandola de los pin. gues pastos de las virtudes. Nosotros queremos alimentarnos con ellos. Los bienes de este mundo son las yerbas venenosas que dan muerte á nuestras Almas. Alma mia, si abundan los bie. nes de la tierra no pongas el corazon en ellos, asi lo dice el Espiritu Santo por boca de David: siempre y en todos tiempos estamos obligados á ser pobres de espíritu. Es verdad que Abraham y otros Santos fueron ricos y podero= sos, pero estos supieron juntar las rique- zas con la pobreza de espíritu, que es no tener el corazon pegado á ellas, y asi no les sirvieron Z daño, teniendo- las fuera de él, antes les aprovecharon porque estos no ofenden á quien las tiene fuera de sí, mirandolas como es- trañas, sino á quien las trata como pro-

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