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do 235 Ojos, ¿cómo el placer que me habeis | dado | De haber gozado los que humildemente adoro | | Tan tristemente me le habeis trocado En mortal ánsia y repentino loro? ¿ Cómo, que una sospecha asi ha robado De vuestras glorias el mayor tesoro? ¿Cómo, si verla siempre deseasteis, | Ahora os pesa porque la mirasteis? | Mirad quees muy posible el engañaros, Y que no es bien creer vanas sospechas, Pues en mirando aquellos ojos claros En su pureza las veréis desechas: Volved turbados ojos á informaros, De las luces de rayos del Sol hechas; Mas no volvais á verla ¡hay ojos tristes! Si es que la habeis de hallar como la VISO. 240 y arts a La pública preñez su honor ofende, Su honestidad purisima la ampara, No ser yo el padre la sospecha enciende Apágala la Gloria de su cara: Venganza justa el triste honor pretende, Mas soy testigo de su virtud rara, Mi vista triste su preñado culpa, La purisima suya la disculpa. ¡Valgame Dios! que hare en confu- sion tanta GTI Y e