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191 um momento; pues por su medio se die- ron «tantos bienes juntos, y tan de re- penteal Bautista, que fué las primicias de Jésucristo y de su redencion; el cual quiso sazonar este primer fruto, antes de su propio tiempo por "medio de sa Madre. En aquella felicísima visita San- ta Isabel fué llena del Espíritu Santo, comunicandola Dios luz, y conocimien- to de este misterio ; porque alli cunoció que aquella Doncella que tenia delante era«Madre de Dios, y que: habia con- egbido por obra del Espititu Santo,y que estaba encerrado en sus Entrañas el Hijo de Dios, y el verdadero Me: sias, que con su. muerte habia de dar vida. al mundo. Asimismo conoció el Misterio inefable de la Santísima Pri= nidad; por que habiendo entendido que el Hijo de Dios se habia encarnado por obra del Espíritu Santo, tambien debia entender la distincion de las Per- sonas Divinas; conviene á saber que habia Padre, cuyo Hijo encarnó, y el Hijo que habia encarnado, y el Es. píritu Santo por cuya virtud se obró este grande Misterio. Recibi6 ¡gualmens te el dón de Profecia, con el cua! dési cubrió cuatro efectos maravillosos, en
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