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AA AR Ls $» 120 Ss cia: mira que es nada los trabajos de esta vida en comparacion del premio de la Gloria. a Lo demas como el dia pr MARTES | DEL DOMINGO TERCERO. DE ADVIENTO. - MEDITACIÓN PRIMERA. , A como la humildisima Vir. gen, En oyendo la salulacion del Angel se turbó, y pensaba dentro de sí, que sa- lutacion era aquella. En lo cual mani- festó sus escelentes virtudes. No se tur- bó por incredulidad como Zacarias, ni or otro motivo culpable. No se turbó por La vision del Angel pues estaba acos- tumbrada á verlos como Reyna de to- dos ellos. Se turbó dice S. Juan Cri- sóstomo por la singular aparicion del Angel en figura corporal, lleno de res- plandores. Lo segundo se turbó por el pudor de su virginal pureza, purque'