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108 zan, que el apetito de las riquezas, de ustos, y: deleites, de bonras, y venta- jas del mundo, -=nos tiranizan como di- cen los Santos: para remedio de estos males; para recobrar nuestra libertad, no convenia que el Rey eterno viniese como' lo esperaban los ignorantes Ju- dios; sino como Dios lo tenia ordena- do,» y «prometido; esto es, humilde y nianso, pobre, y despudo, sujeto á pe- nas, afrenta y muerte de Cruz, y. €s- tas son las armas conque venció este Soberano» Rey, para que. de esta ma- nera los hombres: despreciasen todas las cosas. del mundo ' para reinar con él en los Cielos. PAUSA. PROPOSITOS. O DATA CODA Soberano. Rey, ya sé Señor que vuestro Reino“ no es de este mundo: aqui quiero carecer de honras, deleites y riquezas, y cuanto en él se halla por habitar con Vos en el Reyno de la Gloria; yo quiero mi Rey y Señor, seguir vuestra Doctrina, porque en ella se halla la tranquilidad de mi al ma, abomino la. paz que el mundo, de- « Fina