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88 cian quedar cantivos para siempre: mas aunque los hombres merecian este cas- tigo, la bondad y misericordia de Dios, les dió remedio y los sacó de este cau- tiverio del pecado y del demonio. ¡O Dios mio, venero con el mayor reco- nocimiento, y humildad vuestros impe- netrables juicios! ¿Por qué Dios mio, los hombres hallaron misericordia y per- don en Vos y no los Ageles apósta- tas? ¡Ay Dios de toda y que motivos tan poderosos me cercan pa- ra publicar vuestras misericordias! Vues- 4ros piadosimos ojos los habeis puesto en el hombre, y sino lo hubierais perdo- nado se frustráran los altos designios pu que los eriasteis; él fué criado por Vos, para que te sirviese, amase y glo- rificase en esta vida, y te poseyese y gozase para vuestra gloria en la eter- na y para su eterno bien: si el hom- dre se quedára cautivo, y sin reme- dio, no alcanzára el bien para que Dios lo habia criado, ni Dios la gloria que 'en criarlo habia pretendido, y en: cier- ta manera, fuera en vano el haberlo criado para tal fin, si de ningun mo- do lo habia de alcanzar, como lo sig- nificó- David cuando dijo; ¿Por ventu-
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