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75 ra, embió sus Discipulos por los: pue- blos 4 predicarles su Doctrina y mo- verlos con sus constantes egemplos al cumplimiento de ella, y. mandó que fuesen á pie, sin oro y sin plata, sin alforja, ú otra provision, pobremente vestidos, y descalzos, predicando el desprecio del mundo, y el amor á la Gloria que Dios dará á los que guar- dan su ley Santisima hasta la muerte; y afirmó que todos aquellos pueblos que oyesen su palabra, y no quisiesen en- mendarse de sus pecados, ni cumplir su Doctrina serían castigado en el juicio de Dios con mayor castigo que el que se dió á los moradores de Sodóma y Gomor- ra por sus delitos nefandos. ¡De aqui po- demos considerar que castigos tendrá pre- parados para los que no guardas su Doc- trina! Nosotros que la:oimos, y la vemos con los ojos de la Fé, y nos olvidamos de esta obligacion, debemos temer los jui- cios de Dios. No hay duda que nuestra culpa es mayor por la ingratitud de tan sublime beneficio, y por el desprecio de tan inefable amor, Y este es aquel miste- rio que significó el Profeta Isaias hablan- do con el Eterno Padres en perona de Jesucristo quejandose. de los que de su