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- (23) ernamente 'en Jesuchristo , y estos por ultimo son mis deberes como depositario de aquella doctrina eyangelica que nosenseñan los san- tos libros. Debeis, sin embargo , reflexionar , que Dios nuestro Señor no nos crió para que yivieramos aislados en nosotros mismos ) Y para que como solitarios y «separados totalmente del trato hu- ¿Mano , existieramos sin comunicacion sobre la tierra. No hijos mios. El Señor nos crió socia- bles , nos dió el don de la palabra para comu. ¿NiCarnos mutuamente los pensamientos del alma, y quisó su divina Magestad que se formasenlas ¡Sociedades , se estableciesen las leyes, se erigie- Ísen los estados, se eligiesenlos gobiernos, y que “'¿todos los hombres nos considerasemos como her- ¡manos , é hijos de un mismo Padre que está en “os Cielos. Esta sana doctrina enseñaba S, Pablo “Quando decia : cum omnibus hominibus pacem ha. bentes , tened paz con todos los hombres , sean Superiores, iguales, ó inferiores 4 vosotros. Ob- Servad para conseguir un bien tan apreciable aquella subordinacion que manda la razon y pres- ¡Cribe la ley con los superiores, domesticos, po- a liti-

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