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(220) estado: tan: dichoso se- le «dan al -alma muchos alivios ;: menores son , aunque” grandes en su clase , .los.que por la. misma bula se le pro: porcionan al cuerpo. Ya habreis oido alguna yez las grandes penitencias publicas que á los | publicos ; penitentes se imponian en los antiguos siglos de la Iglesia : esp nta mucho á los espirí- tus pequeños los rigores de los canones peniten. ciales :: cinco años , siete años , diez años, veinte de ayunos á: pan y agua en varios dias de la'semana: postraciones á las puertas de laslgle- ajas para implorar las oraciones de los que entra. ban en ellas , cilicios asperos, vigilias prolon= gadas, y Otras asperezas , se imponian por pe- cados que por nuestra desgracia:son demasiado frecuentes ert-nnestros dias. Si nos faltara la bu= ladde la cpuzada, sería menester que los minis- tros del Sacramento de la penitencia nos obli- gáran á, cumplir, con la observancia de aquellas respetables instituciones”; pero con Sus indul-. | gencias puede aliyiar el: cuerpo de gran parte de aquellas ¿penitencias. exteriores. Es verdad que no pódemos, dispensar en nosotros, ni en nues- tros progimosel espiritu de verdadera peniten: cia,

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