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(10) sangre angustiada de sus afligidos corazones: por aquella parte se cubria el campo de cadaveresy se regaba la tieraa con la preciosa sangre de los hombres: por esta, ardian las casas; se incen- diaban los Palacios, y se amontonaban á las puertas de las Parroquias los difuntos , para que se les. mandase á la tierra sin la observancia de las religiosas ceramonias. ¿Que es esto, hijos mios vuelvo á preguntaros? La guerra me res- pondereis, la guerra este formidable azote de la. indignacion:> Divina: la guerra ,esta formida-. ble-voz'que jamas deberia resonar en los labios de los ministros del Evangelio , y menos en los templos Santos del Dios dela paz , de la cle- mencia. y la misericordia: esta plaga que ha aniquiladoen todoslos siglos tantas Ciudades, tantas Provincias y tantos Reynos: esta insepa- rable compañera de la hambre , la enfermedad yla muerte, esta es la que nos ha trahidoá tan- ta desventura 5 y gracias a la Divina clemencia queno hemos perecido todos; su misericordia ha reservado a algunos. Misericordie Domini guia non sumus consumpti. ¿ Pero ha cesado vuestra calamidad ? Se han. | sus DAS re agp iS.

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