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94 curiosisima especie de los 50,000 pesos para la compra del capelo; pronunciosel nombre del, para siempre memorable en Cuba, que lo habia participado asi. Hubo miradasdesorpresa, de admiracion, de asombro, al oir de los labios del Secretario que la comunicacion existia en el ministerio, y que los 50,000 pesos no se habian mo— vido de la Habana, aunque él ignoraba donde estuvie— sen; y concluido el senate se le dijo que se fuese en paz 4 su casa. El tinico, por lo tanto, que ‘sabia. donde quedaban papeles y cosas pertenecientes al cementerio, ignoran- do, sin embargo, cuales eran y lo que el depésito encer- raba, habia sido arrojado de la Habana, y por consi— guiente no era posible que se supiese jamas dénde exis- tian las cuentas.en cargo y data de mi esclusiva perte- nencia, pues la M. Priora que conservaba el arca, ignoraba lo que contenia, y no’ podria sospechar jamas que inten “ioe“oe on peg _— en. papel, y pe- saba poco. . ‘Pero lo m mas rato; lo mas lesan lo que casi me ha parecido como providencial, es que el Gobierno no haya hecho. uso de Ja carta—érden al Gobernador de mi didcesis, de que se apoderé en Cadiz, pues he en— contrado Jas cosas como las dejé. Habian-venido de*la Habana partes muy autorizados.de que el Obispo se traia cientos de miles de pesos que'no le pertenecian : en vista de esas comunicaciones ; que deben suponerse oficiales, se le puso preso y se le guard6 como 4 un gran crimi- nal, Cogidsele ,,entre otros documentos, el que acababa de escribir 61 mismo de su propio puiio, y en el que constaba dénde se guardaban algunos fondos, el libro de cuentas, los comprobantes en data, y cuanto podia esclarecer la materia. gQué cosa habia mas natural y mas obvia que el.disponer, siquiera por una diligencia gubernativa, que se averiguase una materia tan delica-