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. + ¢ 70, ‘vas, es preciso, que nuestra, potencia visiva esté en es— tado perfecto,y_ que esossobjetos: estén bien seradionag por la luz correspondiente.. ‘Para que podamos prestar asenso it Io.que se nos.re — ° fiere, es tambien necesario que el: historiador de un he-, cho no esté preocupado por pasiones, viles relativas al, actor, pues entonces pinta las cosas como él las:ve, no. como ellas son. Si nuestra retina tiene una pelicula, aunque sea. tan. sutil como la de una cebolla, ya 10 puede representarnos los objetos como ellos son: si los. percibe al traves.de luces prismaticas, no es, sible. que los, examine. Si una pupila, aunque tenga toda su per— feecion fisica, se fija con mirada torva sobre un objeto,. por'ilaminado q ue este se halle, no lo ve en su natura- leza real y verdadera, sino segun la pasion que irrita 4 esa misma pupila, y la.enturbia, la oscurece y la inflama. Esto nos sucede4 nosotros en las operacio— nes intelectaales. que. dependent de sical Srganae de l sentidds, Y otro os puede eecelaoan: a em Gobierno, por, bueno que sea, y por mucha rectitud que quiera tener ert sus operaciones, y,mucho mas en aquellas que tie— nen ‘por objeto 4 las personas. Todo Gobierno tiene sus ojos de cerca y de lejos: tiene su lengua para hablar, y, otras muchas paya que le hablen. ‘Sus pupilas no alcan- zan & ver las cosas lejanas sing segun se las objeta la luz ajena, y segun los colores con que las iluminan los que tienen el ¢cargo de iluminarlas: esas lenguas, que gritan desde lejos, pueden relatar una verdad 6 una mentira, una realidad 6 una ficcion: y en esos casos el compuesto moral de un Gobierno obra segun. las impre- siones que recibe. Si se le dice que un alto personaje que vive en regiones lejanas es un conspirador 6 un ladron decorado, él Gobierno cumple con su deber en mandar detenerlo, para examinar la verdad de los he
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