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gencia con las de Cuba, y cuyos trabajos tenebrosos, conducidos con mucha habilidad, han ido dando vida a dos como plantas venenosas, que habian de inficio— nar aquel pais: una de esas plantas crecia en las risue- ihas campifias de Cuba, sembrando en sus habitantes el _ disgusto, las esperanzas de reformas, el deseo de la au- tonomia, y con élel odio 4 los mismos que dieron al pais su idioma, su sangre, y sobre todo su Religion y la civilizacion de Cristo, que es la vinica que hace que los hombres sean verdaderamente felices en la tierra. La otra planta venenosa crecia en los valles de la anti- gua Carpetania, y estaba destinada 4 despedir muchos y densos efluvios, que magnetizasen ciertos brazos, oscureciesen ciertos ojos y turbasen ciertds enten— dimientos, 4 fin de que si daban los primeros una plu- mada, fuese para preparar un camino que se buscaba; si daban alguna mirada, fuese para ver las cosas al reves, y si pensaban, pensasen, no como ) ellos lo que- rian, sino segun las trasmisiones organicas que les pre- sentaban dos hermanos. Teniendo esto presente, hay ya mucho sdsientaa para rastrear cudl es el orfgen de las cosas referidas. Los voluntarios son, por lo general, amantes de la Re- ligion catélica y celosos de nuestra nacionalidad: los puede haber indiferentes en el cumplimiento de sus de- beres como cristianos, 6 tibiods en la practica de ellos: pero jenemigos de la Religion! ; Enemigos del Obispo! jConspiradores contra él! Eso no: si ha habido algunos que han dado un mal paso en estos particulares, ha sido porque los‘han sorprendido Jos hermanos, los adeptos de las logias, los revoltosos, los voluntariosos, los cons- piradores. Al escribir esta obrita hemos fabricado un palacio, dentro de cuyos retretes ha ido tomando alojamiento toda clase de personas y de personajes. El tiempo hard ee oN ah a Sy a ~: hie - ea. ae % i as 8 i: ¥ ait as cae oe) ¥ a a . is si" i“ ty ee ~* Oe <3 pane aa re ea 7 % & 23 bi 4

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