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; 285 conciencia el dirigir una comunicacion al Gobier- no (1). Il: Nos extenderiamos demasiado, si hubiéramos de re- ferir las muchas y muy complicadas causas que tuvi- mos, para elevar reverentes exposiciones 4 la Reina, ma- nifestandola que los males habian cundido mucho en aquel pais en todos los ramos. Uno de ellos, y quizas el mas terrible para el érden politico, era que se habia trasladado 4 la Isla el mal espantoso de la multiplica- cion de las oficinas, con sus innumerables empleados, el cambio continuo de estos, y sobre todo de los jefes su- periores. gQuién no temeria para el porvenir del pais, cuando habia conocido en un afio tres capitanes gene- rales, tres intendentes en tres meses, y sabia que con el cambio de ellas bajaba y subia una verdadera pléyade de empleados? Es un axioma infalible en politica que, para que se pueda suponer legalmente, que hay en los empleados la integridad y lealtad necesarias para el buen servicio del monarca y del pueblo, se necesitan dos condiciones po- liticas, aparte los principios de Religion en que aquellas deben estar cimentadas. La primera de esas condiciones es, que el empleadoesté bien retribuido por el Gobierno 4 quien sirve , de manera que tenga cuanto necesita para vivir con decoro, y mantener con el mismo decoro a su familia; siendo esto asi, 8e puede suponer legalmente que ese empleado no cometera fraudes, ni entrara en cohe— chos, ni defrandaré los intereses de su soberano. La se— gunda es que ese empleado tenga una gran probabili— dad,moral de que, 4 no ser por culpa propia y por faltar (1) Documento al fin.
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