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formes, diria al informante que no me hastaban apre- ciaciones en general, sino hechos en detalle; y siendo escandalosos, como lo supone el informe, diciendo el paraje donde se consumaron, y los testigos que los vie- ron. jPues qué! gzasi se dicen cosas malas de nuestros hermanos? . Dicho esto sobre el primer extremo 4 que se contrae la atenta comunicacion de V. E., paso a la segunda parte, es decir, 4 la parte de esa comunicacion, en la cual me dice V. E. que como vice-real Patrono des- aprueba V. E. el nombramiento del teniente cura D. N. N., para que en calidad de interino se haga car- go de la iglesia. Es desusado y desconocido en mi did—- cesis ese lenguaje deV. E. en el particular (1). He dicho a4 V. E., en una comunicacion que le dirigi con fé- cha 20 del préximo pasado, cuanto puede decirse en este particular. Decia 4 V. E. que hubo un vice-real Patrono hace tres afios, que quiso contestar 4 mis ofi- ciosde nombramientos de curas, diciendo que los aproba- ba: yo acudi 4 la Reina, y descendié una real érden dis- poniendo que no usasen los vice-reales Patronos de seme- jante frase; y, en efecto, no la han usado. Por eso digo 4 V. E. que la palabra desapruebo en materia de nom- bramientos de curas es enteramente nueva en mi dié- cesis, siendo V. E. el primero que la ha empleado. Bien puede comprender V. EH. cudn delicada es la situacion en que V. EB. me pone: yo, que por habito natural, no quisiera decir jamds no 4 quien me pide, me veo en el caso de decirselo redondamente 4 V. E.; a V. E., 4 quien quisiera decir si en todo. gSera posible que V. E. diga que esta en las atribuciones del vice-real (1) Precisamente para que los tenientes supliesen 4 los pérrocos en sus ausenciasy saaaeiolans dié la Reina dofia Isabel una real cédula en 29 de setiembre de 1852, confirmando cuanto la habia pro- puesto la autoridad eclesidstica.