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conducta, virtudes é ilustracion del presbitero D. N. N., parroco de N. , y de las del teniente cura de la misma parroquia, de cuyos informes resulta, segun me signi- fica V. E., que el primero es un hombre de un celo es— traordinario en todos los actos de su ministerio, pro- bando esto con afirmar que los ecapellanes de Marina encuentran limosnas de misa en su iglesia, cuando van a ella 4 celebrar,-y que el segundo no es nada de eso, _ y si lo contrario. Tambien me dice V. E. que como Vicepatrono des- aprueba el nombramiento hecho por mi del teniente para que se encargue interinamente del curato de N., 'y por fin me dice VY. KE. que hay en mis procederes una antitesis, cual es la de la persecucion al hombre virtuo- so, al sacerdote digno, y la proteccion al sacerdote in— digno, concluyendo, por fin, con decirme V. E. que es el delegado de la Santa Sede Apostdlica, y pretender que por ese concepto, al hablar V. E. en materia de censuras, debia yo obsequiar sus deseos. Son tres capitulos los que abarca V. E. en esta co- municacion, sobre los cuales tengo que contestar 4 V. E., protestando antes que me es muy sensible el tener que hacerlo, y asegurando 4 V. E. que lo hago por deber de conciencia nada mas. Y contrayéndome al primero, sobre las virtudes y el celo estraordi— nario con que honra al presbitero D. N. N., quien ha prestado ese informe, empezaré por decirle 4 V. E. que en realidad en ese asunto, y por esta vez, ha sido sorprendida la buena fede V. E., porque V. E. tiene en su archivo documentos auténticos de lo que es el presbitero N. N.; lo que pareceria que V. E. no ha vis- to, atendido el curso de las comunicaciones de V. E. conmigo en este caso, y lo que ignoran 6 afectan ig- norar los sugetos del informe, de quienes se puede su— poner, sin faltar 4 Ja caridad, que informan 4 V. E. lo 17