BCCPAM0001173-3-0400000000000

248 gar los gastos de traslacion 4 la Peninsula de los sacer- _ dotes que el Obispo crea que no conviene que vivan en esta, por ser escandalosos 6 incorregibles. Se ha pedido esta 4 V. E. por el que llevando aqui cuatro afios conoce 4 sus stbditos, y quien ademas de la injuria recibida de ese sacerdote, con escandalo notorio, sabe su modo de vivir, y por quién ha sido enviado aqui para gobernar la Iglesia y su clero. Si V. E. no quiere prestar su auxilio para que ese sacerdote vaya 4 la Pe- ‘ninsula, asi como envia 4 otros 4 quienes V. E. juzga culpables, ni dar proteccion al Obispo, V. E. es duetio de sus acciones, de las cuales yo nada diré; pero si diré 4 V. E. que la justicia exige otra cosa. Del mismo modo tampoco me opondré 4 esas determinaciones; pero no puedo menos de hacer presente 4 V. HE. que ese no es el derecho ni tampoco el espiritu de nuestra legislacion, y mucho menos de los Canones. Siento mucho tener que decir 4 V. E. que no en— tiendo que el presbitero N. esté, como dice V. E., en pri- sion, pues todos me dicen que anda todo el dia por las calles de la ciudad, y aun no hace mas que ocho dias que las sefioras directoras de una casa de educacion me aseguraron que habia estado en su colegio 4 visitar 4 una nifia, hija de la mujer en cuya casa estaba é1 vi- viendo hasta que fue conducido 4 la carcel 4 primeros de junio. _ Al concluir de tratar lo que tiene relacion inme- diata con el asunto, no puedo menos de llamar la aten- cion de V. E. sobre las formas, no vistas hasta hoy por cierto en este obispado, que acaban de introducirse en la redaccion de las comunicaciones que V. E. me diri— ge. En la comunicacion 4 que tengo la satisfaccion de contestar, me dice V. E. este razonamiento: «Se servi- ra V. E. I. estar 4 lo resuelto y comunicado con fecha diez y siete del mes préximo pasado.»

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz