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Hoy, que todo eso esta cumplido, tengo la honra dé significar 4 V. E. que el presbitero D. N. N: no esta comprendido en lo que previene Ja real cédula de mil se- tecientos noventa y tres, por no haber en este caso mas que una simple traslacion interina para el mejor servi- cio de la Iglesia, segiun decreté estando en Santa Visita, y de resulta de haber renunciado 4 sus cargos algunos parrocos que interinamente estaban en iglesia que ser- vian tambien interinamente, cual fue el que estaba en Matanzas, y otros, 4 quienes hubo que relevar del cargo por haber sobrevenido causas canénicas. Dicho D. N. N. fue destinado por mi 4 otra jgieali donde su presencia hubiera sido muy util, al mismo tiempo que proveia 4 la iglesia N. de un cura de aquella vicaria, quien estuviese tan cerca como pudiera ser de su parroquia de Caracusey, 6 San Blas de Palmarejo, de la cual habia venido huyendo, trayéndose los vasos sa— grados, los ornamentos, el archivo y cuanto pudo, sal- vandolo del incendio, pues los insurrectos lo habian quemado todo, y hasta habian perseguido al cura para matarlo. Asi yo proveia 4 la necesidad del sacerdote, que me habia hecho presente que no tenia que comer, proveia 4 sus feligreses de Caracusey, que podian venir a ver 4 su cura, y al mismo tiempo proveia 4 otra igle- sia necesitada de un sacerdote, que en realidad no des- merecia en mi presencia. Asi las cosas, el presbitero D. N. N., en vez de es— tarse aqui quieto hasta que yo viniese, 4 de ir 4 bus- carme, como podia hacerlo, teniendo pruebas de‘ mi modo de recibir 4 cuantos se acercan dignamente 4 mi autoridad, y como debia hacerlo por ser yo su Prelado, presenté 4 V. E. una exposicion, y al poco otra adjun- tando el nombramiento de cura interino. Ignorando el contenido de esas exposiciones del pres- bitero D. N. N., solo sé, por la atenta comunicacion .
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