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19 pero mis palabras no pasardan (1). Este Seitor, 4 quien su Padre ha dado. toda potestad, sin esceptuar ninguna, llamese como se llame, como dice el Apéstol (2), man- dé 4 sus Apéstoles, y en ellos 4 sus sucesores, que en- sefiasen lo que le habian oido, y estuviesen seguros de que él estaba con ellos hasta el fin del mundo (3). Y una de las cosas que nos dijo Jesucristo es que no te- mamos 4 los hombres, aunque se pongan todos en con- flagracion contra la verdad, porque él nos ha de dar fuerzas y palabras con las cuales hemos de triunfar de todos nuestros enemigos, y los hemos de vencer (4). Pero ademas os decimos que el dia de la victoria no esta lejos, y que el heraldo que la anuncia esta recor- riendo la tierra. Y ahora, nuestros muy amados herma- nos, os tenemos que decir que aviveis vuestra fe y os replegueis mas y mas bajo la blanca bandera de la Re- ligion catélica, pues os vamos 4 hablar de uno de los dogmas que infunden mayor consuelo en nuestros co- razones, y que distinguen enteramente al catdlico de los herejes de los tres ultimos siglos. Oid, pues, el anuncio de la victoria no lejana de la Santa Sede y de toda la Iglesia. V. Sin duda ha llegado ya 4 vuestro conocimiento la fausta noticia de haber declarado nuestro Santisimo Padre Pio IX al glorioso Patriarca San José Patrono de toda la Iglesia, y tambien sabreis que ha dado al mun- do creyente ese consuelo, oyendo benignamente los rue- gos de casi todos los Obispos reunidos en Roma con motivo del santo Concilio Vaticano. Pues bien, nues— tros amados hermanos 6 hijos, este es el presagio de que los dias de tribulacion por que esta pasando el (1) Mat., cap. xxiv, vers. 35. Ephes., cap. 1, vers. 21. (8) Math., cap. xxviu, vers, 20. (4) Math., cap. x, vers. 28.—Luc., cap. xxi, vers. 15.
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