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222 . truccion y reparacion de templos, porque los asuntos publicos han sacado las cosas de su quicio; esta légi- ca, y este criterio, y esta legalidad han precedido al de- creto del Sr. Regente y 4 la disposicion de V. E., y no es posible que esta légica desaparezca al tratarse de un asunto que demanda una formalidad perfecta , abso- luta y completa en los asuntos publicos, en la seguri- dad de las iglesias, en el completo de sus asignaeiones, en la incolumidad de sus ministros yenla tranguilided completa del pais. Y, en efecto, esto mismo se ha observado en la Pe- — ninsula desde que atravesamos en ella este periodo de ineertidumbre, en el cual hemos tenido , despues de haberse ausentado la Reina dofia Isabel, Gobierno que sé llamaba 4 si mismo revolucionario, Gobierno provi- sional y Gobierno regencial. Hasta tanto que las cosas no se pongan en su centro, mis Hermanos los Sres. Obis- pos haran probablemente lo que han hecho hasta ahora. Si alguno habia publicado edictos de concursos, los sus- pendié, sin que fadie los haya abierto despues, segun las noticias que tengo; lo que han hecho por la senci— llisima razon de estar el pais trastornado y de no poderse hacer en tiempo de turbacion lo que demanda lo ya di- cho. Entre tanto, con la fe que tengo en el porvenir de nuestras armas que dominaran la revolucion que desola 4 esta Isla desde hace un afio, y sobre todo con la esperanza que tengo en la bondad y misericordia de Dios , no dudo que desaparezcan esos obstaculos y que se cumpliran entonces todas las prescripciones canénicas y loque respecto de posesiones de beneficios dicen nues- tras leyes, las cuales no son sino una repeticion de las primeras. ' En atencion 4 cuanto lieve espuesto, bien compren- de V. E, que no me es posible acceder4 lo que V. E. me significa en su otra atenta comunicacion de fecha vein-