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208 nes oficiales, en las cuales le mandaba el vice-real Pa- trono: primero, que le dijese si el Obispo ausente lle- vaba derechos por formar expediente antes de proceder al bautizo de los asiaticos, y le dijese 4 qué suma as— cendian ; segundo, si en la colacion de Ordenes._meno- res 6 mayores4 los individuos del Seminario conciliar, el Obispo cobraba derechos, y cuales eran ; tercero, que se le dijese con qué autorizacion habia cedido el Obispo una sala y una parte de claustro 4 la catedral, divi- diéndolo del Seminario que la es contiguo, y si habia exigido por ello alguna suma, y cual fuese esta. Todo esto pasaba entonces, y es facil comprender que el Pa- tronato no solo se habia declarado subdelegado del Papa, sino tribunal ordinario que podia juzgar al Obispo, lo que era inaudito, pues nunca los Reyes han querido que las atribuciones gubernativas y las judiciales exis- tiesen en una misma persona. Nadie estrafiara, en vista de las nuevas atribuciones asumidas por el Vicepatrono, queel Obispo se haya visto juzgado, calificado y sentenciado por él, llamandolo faccioso, rebelde, revolucionario , predicante de rebe- lion , espiritu suspicaz , ofensivo , hombre de resisten- cia facciosa , de absorcion absoluta, siendo estas califi- caciones respuestas dadas 4 negativas de pretensiones anticandnicas, cual era una de ellas la de pretender aprobar 6 reprobar el nombramiento de Gobernador eclesidstico; otra, la de empefiarse en que hubiese con- curso 4 curatos estando ausente el Obispo; el Obispo, que tenia motivos de la mas alta gravedad para no con- sentir en ello, y otras parecidas 4 estas, Ridiculo es, por cierto, lo que ahora vamos 4 decir; pero es necesario de- cirlo, para que se vea 4 dénde lleva al hombre poderoso un paso mal dado, y la pretension de honores y prero-— gativas que no le pertenecen. Ha habido quien, al recor- rer los pueblos y villas, ha ido visitando las iglesias una