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. 200 viéndose darme oportuno y pronto aviso del cumpli- miento de esta disposicion.—(Firmado.)» _Contesté 4 ella, y era esta contestacion un muro de bronce que el vice-real Patrono encontré en su mar- cha. Asentaba este funcionario un principio falso en las palabras y frases en que decia que mi Circular era atentatoria 4 las regalias, y daba por cierta una cosa que nunca habia existido, cual era el afirmar que de tiempo y costumbre inmemorial se repicaban las cam- panas 4 los vice-reales Patronos, y, por ultimo, se ‘i! ®mandaba al Obispo con autoridad para que hiciese lo - . “elfge, ni él podia hacer ya por estar de por medio el eat oe ho de la Iglesia, que quedaba pisoteado, ni tam— ..°.,..)\ Sifeo tenia derecho 4 mandar el vice-real Patrono. RS Todo lo relativo 4 campanas ha sido siempre objeto de disposiciones de la Iglesia en general, y de cada Obispo en su didcesis: Desde el siglo vi del cristianismo se usan las campanas para llamar 4 los fieles al eulto del Sefior: Ja Iglesia es quien las ha introducido, y ella las bendice y consagra, siendo desde ese momento una cosa sustraida 4 los poderes seculares. Su uso es para cosas sagradas; y era su manejo tan sagrado en los tiempos primitivos, que San Benito dispuso,que fuese — _ el Abad, t otro religioso grave, quien tocase las campa- ~ nas para los actos de comunidad. Para qué hayan sido colocadas las campanas en torres altas, lo dicen con elegancia los siguientes versos, compuestos por un poeta antiguo & la especie de vida de la campana. Dicen asi: Laudo Deum verum, Plebem voco, convoco clerum, Defunctos ploro, pestem fugo, Festa decoro. — No es cierto que las disposiciones relativas 4 los

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