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ee 197 vice-real Patrono llegaba el 7 al punto indicado de las Tunas. ay Mi primer pensamiento fue escribirle una carta, como lo hice, remitiéndola al vicario foraneo de Santo Espiritu, y dandole érden para que, al llegar el vice-real Patrono 4 la ciudad, le saliese al encuentro y se la en— tregase. En esta carta le decia que habia leido con pena la relacion de lo ocurrido en los pueblos por donde ha- — bia pasado, y que yoiria 4 verlo y arreglariamos las — cosas pacificamente. Fue todo tiempo perdido: porque ni la carta llegé 4 tiempo, ni era posible ya negocia— cion alguna. Llegé el vice-real Patrono 4 Santo Espiri- tu el 7 de marzo, donde ocurrieron las mismas escenas de los pueblos de la Vuelta de Abajo: algunos de los parrocos de esta ciudad faltaron quizds en el modo de hablar al vice-real Patrono, y este los mando arrestar y conducir en el acto al buque de guerra que estaba surto en las Tunas, y uno de ellos fue enviado en calidad de preso al convento de Belen en Ja Habana, de donde sa- lié & los ocho dias para Espafia, participando el mismo vice-real Patrono al P. Rector del edificio, lo que debia hacer para custodiar 4 dicho sacerdote. ' Fue tambien el mismo quien, en un larguisimo te- légrama que me dirigié desde Santo Espiritu el 7 del ‘ mismo mes, me informaba de que yo tenia al clero en subversion, y de lo que acababa de hacer con los dos presbiteros. Apenas puede referirse el movimiento que habia en miderredor por aquellos dias: era un ir y venir propids con pliegos, y exigiendo contestacion pronta é instanténea, que no parecia sino que habia una invasion de enemigos esteriores: Entre tanto me encontraba yo solo en un ingenio de aziticar, junto al cual estaban los bafios minerales llamados del Jigiie, y sin tener 4 mi lado mas que al secretario de visita y otro sacerdote, ambos jévenes de veintisiete afios, y por

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