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187 Obispo se espone 4 reclamaciones justas; asi como em- petiandose en lo segundo, tiene que dejar oir su voz, - tiene que oponer resistencia: porque él es el custodio de los Canones de la Iglesia, 61 quien ha de defender sus derechos. Y, en efecto, es la Iglesia misma quien ha concedido honores dentro del santuario 4 los Patronos de ella, 4 los qué la defienden , 4 los que la sostienen, 4 los que 4 cuenta suya levantan los templos, como pue- de verse en lo que prescribe el Pontifical Romano y el ceremonial de Obispos para la coronacion de los Reyes y para su recibimiento y el o grandes principes y princesas. Esa armonia hacia que en la isla de Cuba no saliese el vice-real Patrono a visitar ciudades 6 provincias sin dar previo aviso al diocesano; y estaba esto muy puesto en razon, ora para que este supiese dénde se encontraba el vice-real Patrono, que esél wnico que tiene derecho le~ gal de intervenir en negocios eclésidsticos, ora para que diese 4 los parrocos las érdenes oportunas, 4 fin de que recibiesen en sus respectivas iglesias al vice-real Pa— trono, segun lo previenen’ las leyes, y no faltasen en nada de lo que ellas mandan. Habiase guardado, en efecto, eed eetonia entre ambas autoridades en la Isla: asi como el Obispo parti- cipaba al capitan general su determinacion de salir 4 visitar su didcesis, indicandole quién quedaba de Go— bernador eclesiastico, y los pueblos en donde habia de lenar aquel deber sagrado, asi tambien el vice-real Pa- trono avisaba su salida, y manifestaba cudles eran los pueblos por donde habia de pasar, 6 donde iba 4 per- manecer. Pero esta armonia empezé 4 romperse en oc— tubre de 1866. El vice-real Patrono salié 4 visitar Jas poblaciones de Matanzas y Cardenas, sin avisarlo al Obispo: otro tanto:sucedié en febrero de 1868: El Obis— po salia de visita 4 mediados del.mes, y no se contenté ihetilinemntacansintmrnntiatitt beeen