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183 diendo 4 las suplicas fundadas de los fieles, di otro de~ creto para lo mismo: pasé de alli 4 Cartagena, y al le- gar 4 un paraje llamado Ciego Montero me vi sorpren- dido con. una reunion de mas de seiscientas personas, hombres y mujeres, las cuales me salieron al encuentro en el despoblado, pidiéndome todos que les concediese la ereccion de una parroquia, pues distaban de las cir- _ cunvecinas’tres, cuatro y cinco leguas. Costome lagri- mas el ver este espectaculo, y 4 los pocos dias , despues de examinadas las cosas, di otro decreto de ereccion de una parroquia: por fin, llegué 4 un pueblo grande, lla- mado Padre las Casas 6 Palmira, y viendo que dis- taba cuatro leguas de-Camarones su parroquia, y unas seis de Cienfuegos, determiné que se erigiese tambien alliotra parroquia. Hay que seuss que e en los cuatro puntos ultimos hay capitan pedaneo, juez de paz y escuela de nifios, pagado todo por el Gobierno: pero sus miseros habitan- tes pasan afios-sin oir misa,; sin entrar en la iglesia, sin confesarse, sin oir la palabra de Dios, por no tener cer- ca de sisu propio parroco. Este suele ir 4 decirles misa alguna vez en alguna mala capilla, bautiza 4 los nifios en casa de sus padres, casa 4 sus fieles en su propio hogar, y en su ultima enfermedad les lleva la Estre- mauncion » para todo lo cual tiene que andar buenas leguas, para ir y buenas para volver, sucediendo lo mismo en todas sus partes en casi todas las parroquias rurales. Esto acaecia en disaialecsy enero de 1866 y 67, Corrieron los espedientes todas las tramitaciones cané— nicas, y fueron remitidos al patronato, Entre tanto, pasé en marzo de 1868 4 Cienfuegos, y habiendo pre- guntado al Vicario forense, sisabia si la autoridad civil habia llenado. ya los, requisitos para la ereccion de las nuevas parroquias, me contesté que habia visto los es—

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