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‘ . i F ee . esta mi citedra, comete V. E. un atentado sacrilego, del cual se hive? solidaria la ciudad, por cuanto los pe. cados de-los que gobiernan, cuando son publicatnente contra religion y justicia, y contra las personas sagra- das , y sobre todo los atentados contra los Obispos, vie- nen 4 ser crimenes nacionales, cuya responsabilidad y castigo suelen caer sobre el pueblo. « Pero tengo conciencia de que este crimen sacrilego no lo comete mi amado pueblo, sino algunos hombres alucinados que no saben lo que se hacen , siendo V. E. el instrumento de la consumacion de un misterio de | iniquidad, empezado desde el dia que fut electo Obispo — | de esta didcesis, continuado por medios inicuos, en los | cuales la autoridad de esta ha sido hasta’ complice, qui- | zas sin quererlo, por no haber impedido la propagacion de libelos infamatorios, por haber permitido que el Obispo de la Habana fuese presentado al piiblico como un enemigo de nuestra nacionalidad , y hasta como un | ladron, pues ha toleradd que cari¢aturas infames, pin- tando al Obispo huyendo de Cadiz con dos sacos bajo del brazo de cien mil duros cada uno, se hayan vendido en esta ciudad y didcesis. " ~~ ‘Pengo conciencia de las muchas lagrimas que V. E. esta haciendo derramar, hace tres dias,4 muchos de mis amados hermanos en el sacerdocio, 4 Yas humildes reli- giosas y al pueblo fiel, y espero en la misericordia de Dios que perdonara 4 los que no saben lo que hacen, y 4 V. E. tambien, que, si no lo sabe, debia saberlo por ser autoridad, y 4 mi querido rebafio, que soliciaridenerite es inocente de tan sacrilego atentado. Libreme Dios, por lo tanto, de sacudir el polvo al dejar esta ciudad 6 Isla. Al retirarme, arrojado por V. E., . instrumento, acaso involuntario, de una faccion que _quizds mantienen las sociedades secretas , y por consi- | guiente conspiradoras, y la cual ha de traer funestas i