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: 170 ella, ha elevado otra tan reverente como la anterior, suplicando 4 V. E. que no impida que su Padre y Pas— tor entre en su didcesis, me veo en el estrictisimo deber de tener que protestar, como lo.hago, por ante la auto- ridad de V. E. contra la descortesia que se tiene con quien tiene el derecho:mas sagrado de entrar en su casa, y 4 quien se arroja de ella, sin querer cumplir con — él deber de justicia de decirle la razon que se tenga para . ello, y sin dignarse aheainas comunicaciones ofi- ciales, contentandose con decir palabras transitorias y sin razon alguna fundamental, dichas por funciona- - tios tambien de caracter transitorio, quienes si bien ejercen alguna autoridad puramente: municipal, al dejarde ser lo que hoy son, pasan 4 la simple categoria de hombres privados, contra quienes no hay posibilidad legal para pedirjusticia, por cuanto no se da al agra— viado documento alguno, y solo oye palabras, las cua- les, por mas que salgan de los labios de un gobernador, pasan como el viento,y sin que puedan dar pie4 nin- gun procedimiento, no ya judicial, pero ni simplemen- te gubernativo, por cuanto no hay testigos que puedan - \ dgttes::.* . ) _ Protesto ademas contra el atentado sacrilego que V. E. ha consumado, arrojando 4 un Obispo de su pro- pia didcesis, y no puedo, menos de poner en conoci-— miento de V. E., como hijo que es de la Iglesia catdli- ca, que este hecho consumado tiene anejas censuras y penas eclesidsticas, en las cuales incurren el autor y.sus cémplices. Al formular esta protesta como Obispo dio- cesano, me reseryo el dérecho que tengo como espaiiol de protestar ante el Gobierno de la metrépoli, y ante el publico de ambos’ hemisferios, de la injuria atroz que por ocasion de los acontecimientos que hay en esta Isla, se intenta hacer al buen espafiol, al que no cede 4 na— die en ese terreno ni una linea de ventaja; al buen es-