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163 3 sentan, y dicen: Que cuando ansiosos esperaban por momentos la llegada de su venerable y dignisimo Pre- lado; cuando con indecible placer de sus almas se dis= ponian 4 recibirlo, fueron sorprendidos con la funesta noticia de que la autoridad no le permitia desembarcar. @Qué es esto? nos preguntabamos unos4 otros. 4Es -por ventura nuestro Prelado algun criminal? ,Es un individuo tan insignificante que no sea acreedor 4 otra consideracion? gSon las circunstancias que atravesamos propias para llamar la atencion del mundo con sucesos de esta naturaleza? Apenas hemos salido de nuestro asombro para venir presurosos aqui, aqui, 4 la presencia de la autoridad de Ve EB. a suplicarle, con las lagrimas en los ojos, por nuestro propio honor, si, por el honor de todo el clero, por el interes y bienastar del pueblo, por la tranquili- dad de las conciencias, por el buen nombre de la isla de Cuba, que se digne conceder sin mas demora 4 nues- tro Prelado el permiso para desembarcar. Lo pedimos invocando los sentimientos religiosos de V. E. como miemibro de la Iglesta catdlica, y lo pedi- mos con la conciencia cierta de que nuestro Prelado no ha dado motivo para que se le niegue la entrada en su didcesis, y lo pedimos horrorizados 4 vista de las funes- tas consecuencias que ae en el 6rden moral y religioso este hecho. No podemos persuadirnos que V. E. se niegue 4 nuestras stiplicas; pero si desgraciadamente asi fuere, servird esta suplica de triste pesar de todo el clero con- tra este hecho, de manifestacion evidente del alto con- . cepto que les merece su Prelado, de la conviccion que les asiste de su inocencia, y de la mucha necesidad que tiene la didcesis de su respetable presencia y su pasto— ral direccion. Habana y abril 13 de 1871.—Excmo. Sr.—Cura

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