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s es evidente que detras “Ae esas ‘palabras se encierra cuanto se quiera.’ Bl’ Gobierno contests que se obrase segun se presentaban 1las cireunstancias, y, es " preciso conivenir en qué la respuesta fue prodente: ‘un granito de sal le’ falt6, y no culpamos al'Gobierno: culpamos'& — la sal, que se haido de la tierra desde qué ‘anda por élla una especie de ente abstracto y ridiculo que los hom= bres han bautizado con el nombre de soberania nacio~ nal. Este granito de ‘sal hubiera dado un condimento perfecto 4 las érdenes sapremas: este granito de sal hu- biera consolidado una autoridad vadilante, y que’ seve atacada enemigos declarados 'y por amigos indis- cretos qué’ qiiieren que obre y mande, no como ella piensa, sino como discurren ellos; este granito dé'sal hubiera dicho asi: Obrese segun las circunstancias, pero respetese y hdgase respetar el atse8.308 de auto- ridad, y castiguese alos rebeldes é ella. EHO * Siendo ‘tiempo '} srdido' toda gestion: Anti 6 por _ hacer, determing | 4 Europa, enviando antes de las dos de la'tarde del dia 15, por medio de mi Pro- visor, una protesta al delegado de Ja autoridad stiperior civil contra el Saerilego atentado (1). A las cuatro de la tardé zarpaba del puerto el vapor Missouri: veiase en el muelle mucha gente, que’ permanecia en’ actitud si- lenciosa; al pasar por cerca ‘del muelie el vapor, of una voz que dijo: Adios, Obispo.’ Segun lo ahuecado de ella parecia ser wee de —— _— it Of * pOCUMENTO NUM. EXPOSICION QUE ELEVARON AL SENOR CAPITAN GENERAL LOS SENORES CAPITULARES DEL CABILDO ECLESIASTICO DE LA HABANA. Los capitulares del Cabildo eclesidstico de la Habana (1) Documento mim. 4,°
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