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poco trabajo acababa de’ coger el sueiio, y apenas me fue posible reconciliarlo de nuevo. Trascribiremos aqui el testo de la carta, dejando4 cada cual el oange de co- mentarla. Decia asi testualmente:» » «General segundo cabo.—Particular. sinlincunal é Iilmo. Sr. Obispo,‘ ete.—Muy sefior mio y de mi distin- guida consideracion: Recibi ayer su atenta carta, y paso 4 contestarla con el mismo caracter y’ titulo <i con que V. se sirve hacerlo. »La venida de V.. , Por mias que sea un hecho consu- mado; cirounistancias, especiales y que solo la autoridad que esta al frente del ‘importante mando de esta Isla puede apreciar, me obliga, siendo fiel intérpréete y de- légadg de dicha superior autoridad, 4 manifestarle el sentimiento que tiene en no poder complacerlo, per— mitiéndole desembarear y dedicarse 4 la direccion de los negocios eclesidsticos de la didcesis; porque, de ha- cerlo, podria verse espuesta su sagrada dignidad 4 dis— gustos, que él seria el primero en lamentar, y propor— cionar con su presencia m s dificultades 4 las muchas interiores que hoy dia pesan sobre su autoridad. Por lo tanto, me recomienda diga 4 V. lleve con resignacion estas contrariedades de la vida publica, y que puede V. volver porel mismo vapor en que. ha venido,6 en el correo espaiiol, que ambos salen mafiana de este-puer— to: sintiendo, finalmente, no se haya recibido antes de la salida de V. el aviso dirigido & Nueva-Yorck, - para evitarle esta contrariedad.» = Esta es la primera parte de la faire sobre la can no hacemos comentarios, sino preguntas. Nadie sabia en la Habana el 6 de abril que yo estaba en Nueva-Yorck, pues mi despacho telegrafico anunciando en ese mismo dia mi salida, sorprendié 4 todo el mundo. Era posible que se enviase-ese aviso? Decia mi telégrama que salia ese dia, y se sabia muy bien en la Habana que en ese
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