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‘ i122 casi toda 1a iglesia, hasta‘el:éstremo de haber salido y crecido en medio delréréa «una eeiba ,»eine titory mas corpulento que unroblé décien afios;. . Eraeldtio 1852, dicahdaiidliailiedaceke hive ‘ania visita en esta ciudad, y'dejé, consignado en el acta’ que el parroco procurase por ‘todos los medios que pudiese continuar la«fabrica paratizada. A» ‘los pocos meses de mi llegada me hizovel parroco sabedor del: es— tado de aquella iglesia: y: de ewantola concernia;~en+ viandome al poco ‘el créquis' dé, susplantay de los ter— renos adyacentes. El plano:de:éstaiiglesia era como:el de las demas, con:la diferencia de deber ser mucho mas altos ‘sus arcos, pues las colimmas empezadas hacia eineuenta aios tenian: un’ diametro de. un: metroyy debian, por consiguiente, )'elévarse 4:0cho. Se hizo otro plano, qué debia dar al» templo.tinas /sesenta y cuatro varas de largo, por ¢narenta de: ancho, dividido en. fres naves, yen capillas de. siete Varas de fondo.cadauna; al poco dirigi una carta sencilla astodos los fieles. ani- mandolosa que lithpiasen la area deb templo, y conce- diendo & todo:el que fuesé 4 trabajar en ¢l cuarenta _ de indulgencia, por cada vez que lo hiciese. be Sucedié entonces una especie de! portento: la ciudad de Trinidad record’ sus :tradiciones,' yise acord6é: de lo que habia sido en: tiempos mo remotos. Habia habido en esta! ciuidad»dpriticipios de este Siglo un religioso fran -ciscanduhiytélebre; Hamadoe ! P. Val ncia, quien con sus predicacionés <arrastraba: la muchedumbre., Quiso este hacer la iglesia:de San: Francisco:' predicé::ak pue- blo, y convid6. axtodos; &dar'y & trabajar ;-y fue’ tan grande. el fervor: de.todos., que salian em procesion re- zando elRosario. hombres,:mujeres ; nilas; :ancianas, jovenes y cancianos ; acompaiiando »al. Ps Valencia, y bajaban a laS margenes déelirio:Guaurao ,:de donde vol- vian al parajesdonde::se fabricaba:la-iglesia trayendo f