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117 portancia, comparada con otras posesiones ultramari- nas, y estaba reducida 4 un circulo muy pequefio en punto4 producciones. Cuando en Cuba se ha desarro- Hado la agricultura y ha tomado'incremento fabuloso la industria azucarera ; llevando 4 ella las onzas de oro como 4 barcadas , empezé precisamente la época - la indiferencia religioga. Sin embargo, hay que advertir, pues esto se ve pal- pable y claro, que, por efecto de la gran influencia de fa Religion en las cosas humanas, se han erigido alli mas obras monumentales en los tiempos de la pobreza que en los que ha contado la isla de abundancia, y de abundancia de recursos fabulosos; es decir, desde el afio de 1830 hasta el de 1857, en que, por efecto de las re— formas en el 6rden administrativo, por el furor de las sociedades anénimas que se apoderé de todos, y por otras causas que noes del caso referir, se inicid el decaimien- to y aun la postracion de aquella Isla, llamada con ra- — zon entonces la Perla de las Antillas. ' La iglesia y el convento de San Francisco de‘la Ha- bana, hecho con las limosnas de los fieles hace ya dos cientos afios, era un monumento de tercer drden, allf_ y en todas partes que se hubiese hecho; la de la Mer- ced, que se empez6 hacia 1,750, y se ha concluido en estos afios de escasez , puede decirse que rivalizaba con la anterior, aunque es mucho mas inferior por tener bévedas ‘encamonadas y carecer de capillas laterales. La iglesia de Belen y algunas partes interiores de su _ edificio contiguo era y és otro edificio de gran mérito arquitecténico , pues hay en él una béveda plana de canteria, muy digna de figurar, aunque en pequeiio, junto'4 las que hacia Herrera en el Escorial. Poco es todo eso: pero eso poco pertenece 4 épocas de pobreza en haberes, pero de riqueza en piedad. De los tiempos actuales no hay monumento alguno, ni chico, ni gran-