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103 de mi secretaria episcopal los voluminosos mamotretos de cuentas del cementerio, desde 1865 & 1869, puede examinarlas4 su gusto. Los sefiores que he nombrado estan vivos: he afirmado que el cargo de mi cuenta no sube de 385,735 pesos, y he detallado lo que cada ad-: ministrador me entregé. Si hay error 6 equivocacion, el Gobierno puede: hacérmelo conocer de oficio, y los administradores estin autorizados 4 decirmelo; y si hu- biere error; nome empacharé de confesarlo, pues no nie olvido ‘de aquella sentencia infalible que dice: Omnis homo mendaz (1). Entre gre yo me quedo diciendo: ; Tiempos nefastos y no parecidos 4 otros! ;Tiempos ne- fastos estos en que vivimos! ; Tiempos ridiculos, cuyo examen causara en los venideros la irrision y el des- precio del hombre cuerdo! ; Tiempos de frivolidad, en los cuales, aun los hombres. serios tienen que. descen~ der 4 pasar horas y horas, muy preciosas y muy dignas de emplearse en tratar de asuntos.de alta importancia, escribiendo:sobre las degradantes pequeiieces de la ma- licia satanica de ciertos hombres! * ; _ '"""“APENDICE SEGUNDO. Get 7 st KAP A ho MIRR 2 F5 6 LIBELOS Y LIBELISTAS. » Esta materia de los libelos demanda, no un apén— dicé, sino un tratadogspero diremos en poco lo que pu- diera ocupar un libro entero. Sabido es, queen los paises calidos hay bastante aficion 4 esta clase de produccio- nes, por dominar mucho en ellos la inercia, la ociosi— dad, el no tener ocupaciones que demanden una aten- cion profunda. De ahf resulta, como cosa genética, la mucha cavilosidad , la demasiada suspicacia, el entrete- & (li Ps. cxy, vers. 11. *