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( LXVIII ) « El Genio, ha dicho un autor profundo (64), es la facultad decrear; esta facultad se desenvuelve "por el sentimiento del bien que anima , por el entendimiento justo que raciociaa, por la memoria que recuerda los hechos, por el gusto que combina, por la habilidad que egecuta. El Ge– nio en arquitectura, cualquiera que sea su tipo, se distingue siempre por tres cualidades compuestas·: la primera, aquella en que el Genio se da á conocer en su mas noble atributo , es sin disputa la disposicion moral del edificio, inhet'ente á la consagracion del asunto y que puede llamarse belleza moral característica, pues es de su esencia afectar el alw ma conforme al objeto que se propuso el programa. La segunda cuali– dad es la que existe tambien en 1~ disposicion general de los cuerpos , pero considerada solameote bajo el aspecto de las relaciones geométri– cas, de modo que pueda ofrecer al espectador planos varios y pronun– ciados contrastes de luz y sombra y que puede llamarse belleza geomé- . .trica ú óptica. La tercera cualidad es la simple Euritmia', esparcida en un todo que se hace notar tanto en planta como en alzado, por relaciones proporcionales de extension , de forma, de estilo de las partes grandes y pequeñas con aquel mismo todo , y que por esto puede llamarse belle– za armónica. " A estas cualidades características del Genio arquitectó– nico en la parte AGRADABLE de sus obras, deben añadirse las otras tres correspondientes al mismo Genio y que hacen referencia á la comodidad construccion y economía; es decir, á la parte ÚTIL de las producciones · del Arte, Al Genio pertenece la creacion de las formas de las partes y del todo de los edificios y de su correspondencia [mútua, á fin de que estos ofrezcan las comodidades inherentes á su destino ( 65 ). Es propio del mismo Genio el dar á los materiales la forma mas conveniente al oficio que deben hacer, ora sea para apear, ora sea para contrarrestar una presion horizontal ó inclinada, ofreciendo siempre el aspecto de es– tabilidad que nuestro espíritu busca , que nuestra razon reclama ; en una palabra, los misterios de una construccioii sobria y estable son tam- ( 64) Coussrn, d·u Genie de l'A.rchiteclure, ( 6?>) Falta á esta cualidad del Genio el qne para una sala de baile ó una plaza -con pórticos· destinados al paseo de JaS gentes, adopta fo figura c·ircular ó elíptica.
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