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( V ) al paso que ofreció una expansion y esparcimiento al oprimido genio de nuestros Arquitectos, cumplió con uno de los mas sagrados deberes que le imponen el sostén de la gloria de sus compatricios y la proteccion de los intereses de sus administrados. Es verdad que por una fatalidad in– separable de las mejores pensamientos de nuestros _días. el resultado ofrecido por el Concurso, cuya historia vamos á emprender, no ha sido cual debía esperarse desde el momento en que nquel se co~cibiera; es cierto que por una anomalía inexplicable, nuestro Cuerpo Municipal, se empeña todavía en sostener mi hecho ~ompletame-nte contrario á las Dobles miras que debieron guiarle al resolver el llarJJamiento de los Ar~ quitedos para la solocion mas acertada de aquel intrincado problema; mas á pesar de esto, cualquiera que sea el deseo lace Je nna lucba de– sigual , pero que tiene la razou, el Arte y la justicia del lado de la par– te débil, forzoso es consignar que la abertura del indicado Concurso bon• ra tanto á nuestros Concejales como al digno Presidente !que apoyó con la fuerza de su autoridad respetable, una idea tao ventajosa para el fo– mento del buen gusto en la ereccion de las obras públicas de esta capi– tal; gusto, que por decirlo de paso, se bahia reseutido hasta ahora del carácter de individualidad de uno ó dos de nuestros Arquitectos y que en manera alguna podia ser considerado como la expresion del gusto mas delicado de la totalidad de sus compañeros. Para nosotros, que miramos el Concurso celebrado como el preludio de una marcha mas cspodita y franca que la seguida has la ahora en la eleccion de proyectos para .la fundacion de los ediíicios públicos, es de mucho valer y estima el ensa– yo hecho por nuestro Ayuntamiento ; y aun cuando debamos dejar con– signado en este opúsculo que tal ensayo foé desgraciado, que se han visto defraudadas las esperanzas que los amantes del Arte concibieran; justo es que dediquemos á dicha Corporacion un ,·oto de gr&cias por .el buen celo de que vióse animada cuando resolvió la apertura de aquel Concurso. Tarea dificil y espinosa es la que bemos emprendido, superior tal vez á nuestras fuerzas; tarea de suyo delicada y que en su des~mpéño e:Xi_:. , ge una círcunspeccion y un tino mesurados. De buena gana renundñra• mas á llevarla á cabo, si los deberes sagrados, qu_e nuestra ¡,osíci~r. so,