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( XLIV) Llegados á su conclusion los trabajos de la Junta y redactadas las en– miendas al primer proyecto que aun no se han publicado, faltábale dar la última mano á su buena obra. Ignorábase ( piadosamente pensando) · quien era el autor premiado en primer puesto, y la Junta, con una im– parcialidad que la honra, acordó presentar al Ayuntamiento· estas dos proposiciones: 1.' « que convendría que el autor del proyecto calificado en primer lugar y adoptado ror consiguiente para la ejecucion ( nota be– ne). dirigiese todas la~ obras públicas de su proyecto; 2.ª que á todos los que han tomado parte en este Concurso público se les expida por el Excmo. Ayuntamiento una certificacion honorífica que asi lo acredite , siempre que sus autores quieran que se publique su nombre. » Y porqué hi– zo estas proposiciones la Junta? Entraban acaso en su encargo? No ba– bia contextado á la primera el Ayuntamiento, :en el duodécimo aparta– do del Programa? No bastaba la extralimitacion de los proyectos agra– ciados y babia de extralimitarse tambien la misma Junta? Y porqué aconsejar la certificacion bajo el pié de revelar el nombre los que debían recibirla? No era propio derConcejo el estipular tal circunstancia? Si los autores de los planos del Concurso hubiesen sido verdaderamente anónimos; si ninguno de los censores hubiese visto de antemano aque– llos planos; entonces el celo de la Junta , si bien hubiera rayado en ex– cesivo, no s~ hubiera creído por esto censurable; pero en el caso que explicamos, cuando se ha sostenido en. los periódicos que los trabajos presentados no todos llevaban el nombre de su padre: no es temible que tales· proposiciones fuesen hijas de un buen celo, á favor de un ·amigo agradecido? No es creíble que la mayoría de Censores, pensase hacer un acto de justicia, en lo mismo que dictaba un oculto padrinage? Aqui terminaría nuestro exámen sobre las actas de la Junta, si no creyésemos necesario decir algo de las enmiendas presentadas al Conce– jo, y que por un descuido sin duda, han dejado de publicarse en el im-. preso cuyo comento nos ocupa. No podremos hablar de ellas con la se– guridad que lo hemos hecho al examinar las actas de la Junta; porque si bien tenemos por muy verídicas las personas qne han dado tales noti– cias, puede no haberlas sido del todo fiel la memoria y haber padecido, algun olvido en su relato. Suplicamos en tal caso que la Corpora'cion·

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