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( XL ) curso; no fué• efe~to de las observaciones consignadas en un dictámen razonado, que debia de haberse redactado : una votacion secreta, es decir, la ley numérica, que en nuestro caso fué la del mas fuerte, vino á resolver el problema que tantos trabajos causára á los Censores. Mé– todo singular por cierto y seguramente desconocido en las actas de los Concursos sobre obras del Arte.' tan frec?entes en el extrangero I Con– fesamos que en este punto nos hemos quedado perplejos , pues no po– díamos esperar que uaa Junta compuesta de tantas personas de talento y en muchos conceptos respetables, hubiese podido caer en el descuido de adjudicar los premios mencionados, sin motivar la preferencia que sobre los SEIS proyectos creídos de mas mérito dióse á los tres que fue– ron agraciados. Y cuáles fueron los tres proyectos que en el cuarto mi– nucioso exámen quedaron desechados? ¿ Qué razon ha habido para no mentados eri el acta? ¿ Ptir qué no se han consignado los motivos por los cuales se creyeron inferiores á los tres que fueron elegidos? ¿Qué circunstancias han motivado que se pusiera en primer lugar un proyecto inferior á la mayoría de los del Concurso, que bajo ningun concepto puede realizarse, que ha puesto en grave compromiso al Ayuntamiento y sembrado la alarma en todos los propietarios que lindan con el local de Capuchinos? Ah ! sí ; la ley numérica , lo razon poderosísima de los mas contra los menos; tal es la ley, tal la razon que ba imperado en una adjudicacion de sayo delicada y muy difícil. Si en vez de sujetar e! fallo á la decision de una votada, cada uno de los jueces hubiese consignado su parecer artístico en el acta ; si en vez de reducir todo· el criterio á decir (< este proyecto me gusta mas, este no tanto , etc. se hubiese visto cada uno obligado á fundar por escrito el porqué de su preferencia ; no hubiera seguramente sucedido, Jo que luego ha causado pasmo y hasta risa. ¿ Y cómo era posible que siguiendo este camino, se hubiesen pre– ferido para los dos primeros premios dos proyectos, que por mas que se esfuerze el Concejo, por mas que se esmeren los Arquitectos titulares ó de Cuartel en sostenerlos, han de ir irremisiblemente abajo? ¿ Hubié– ranse atrevido los mas á darles su sufragio, si los menos Lubiesen con– signado en el acta los errores y renuncios garrafales en que babia in– currido el autor de tales obras? Buena es la votacion secreta en cier-