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( '.X:Xll) ,agiaba lo mal parados que iban á quedar la Junta de exámen y los premiados, fué preciso tentar.otro camino para ver si surgía algun at– leta que gustase luchar en su defensa. Énsayóse el sistemá de los remi– tidos·, no sin dar antes las gracias al periódico que sin estipendio de.nin– guna clase babia emprendido una· polémica tan honrosa é interesante. Atac~ndo el Barcelonés con sus escritos. la ilegalidad de un fallo sin ejemplar en las actas de los Concursos , abriendo generosamente sus co– lonas á los que bajo el seudónimo de Los mismos pidieron seguirá brazo partido la noble tarea por .él emprendida, prestó ¡¡n servicio inmenso á Barcelona, hizo un Líen incalculable..al mérito artís.tico, jndeb.idamente hollado. Plácenos , pues, de consignarlo agradecidos en este opúsculo , para satisfaccion y gloria de sus edito,es , para· ejemplo y modelo. de sus colegas. Pero volviendo á nuestro asunto, se babia dicho que se deseaba entablar una polémica, pero no con los peri9distas; queríase que alga-· no de los Opositores agraviados saliese al palenque áprobarsi el temple de sus armas era tan resistante como de público se decfa, Pedir es.to , era poco menos que pedir un imposible. Los Opositoresagraviodos ba– bianse comprometi,do 6 guardar el anónimo basta el fin.del debate, y no era dable que ninguno de ellos saliese al combate á cuerpo descubierto. Entraron pues en la liza bajo el significativo nombre d.e LOS MISMOS. En 23 de junio publicaron en aquel periódico su primer.escrito, corro– borando los argumentos del Barcelonés y aduciendo otros .de nuevos, basta dejar probado irresistiblemente, que el follo censorio...era injusto, porque donde las armas fueron de_siguales, :nunca pudo decirse que hu– biera vencedores ni vencidos. Patentizada la injusticia de l.os premios por, la eleccion de proyectos extralimitados, natural era invesHgar de .donde. babia .nacido el pensa– miento. Asi es que en el Barcelonésde 26. de julio, Los mismos pasaron en revista todas las versionesque ,S~ h¡¡bian dado al orígen de tal idea, · dejando fuera de duda que tan solo el favoritismo y .padriaage podían haberla sugerido. Pero para cohonesta,· tal padrinage, ¿ qué razon os– tensible hubo de ponerse en juego? Porque justo y juslísimo es decirlo: la mayoría de censores hubieran sin duda rechazado tal idea, si sus aus tores la hubiesen presentado sin embozo. « Que la ·Plaza sea grande, lo