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- 36 - es porque liemos creido necesario recordar con él el año en que comen• ro la Guerra conmemorada por el proyecto , y si hemos dado al último el nombre .de Bazar de las C6rtes de Cádiz es porque como lo dice To• . RENO'en el lih. XXIII de su elocuente historia, aquellas Córles formaron una « corporacion insigne, que Jo será siempre en los anales del mun_– do , por ir sus hechos unidos y mezclados con la gloriosa Guerra de la Indepelidencia , y por ser la mas singular de cuantas representaciones nacionales se ·han conocido hasta ahora, estando compuesta de hombres de tan diversa oriundez:y venidos de regiones tan apartadas, hablando todos la bella y magestuosa lengua española. Ayudó á su fama, junto con sus desvelos ,y tareas, la fortuna ó fuerza mas alta ; pues habiendo dichas Córtes.abierlo sus sesiones en el estrecho límite de la isla gadita– '"ª, muy allera<las las Américas é invadido por do quiera el territorio 1'spañol, cerráronlas no mas alborotadas aquellas y casi del todo libre este, sin que apenas le hofüse ya planta alguna enemiga. » Hemos dicho que estos Bazares deben estar cerrados con cristales á la altura del primer piso, costeando los propietarios la parle correspon• dienfo al frente de sus solares; y ahora añadiremos, que si las corlísi– ma.s horas que del dia de hoy (30 de junio) nos quedan , nos permiten dibujar en cortes longitudinal y transversal nuestra idea, á la comodi– dad ·de estar al-abrigo de la lluvia los que á dichos Bazares concurran, se unirá,por nuestro pensamiento., la de la corriente de aire necesario para la debida venlilacioh de los mismos y de las tiendas y entresuelos que les correspondan. tetra V. - ENTRADA OEL PRIMER 'SITIO DE ZARAGOZA. = (( Por dos veces en menc:iS de uu año,· dice To RENO en su citada obra, cercaron los franceses á Zaragoza ; una malogradamenle ( que es la primera) otra con pérdidas é inauditos reveses. Cuanto fué de realce y nombre para Aragon la heroica defensa de su capital , fué de abatimiento y desdoro par~ Sus sitiadores aguerridos y diestros, no haberse enseñoreado de ella pronto y de· la primera embestida.» Son tan esclarecidos los hechos de esta primera· defensa , entusiasma de tal modo su recuerdo ; que .hu• biéramos ereido dejar focompleta nuestra idea , si no hubiésemos dedi•

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