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- 27 - tipo y que probablemente hubieran retraído á los compradores; no hu– biéramos titubeado un momento: el Renacimiento, tal como debe en– tenderse, tal como lo comprendieron los mejores Arquitectos del Mil quinientos, huUiera parecido Bn nuestros dibujos. Pero en el caso actual, en una época en que los minuciosos cálculos del positivismo ahogan y matan las inspiraciones del Genio , hermanar lo útil con lo agradable, lo sencillo con lo magestuoso, es la dificil tarea del Artista , es el espi– noso problema del Filósofo. Poco, muy poco, Excmo. Sr. , diremos tocante al gusto que reina en nuestro pensamient1, pues pertenece exclusivamente á los Censores el apreciarlo en su justa medida. Haremos observar sin ·embargo, que nada mas fácil que llenar de postas, grecas, arabescos, bajo-relieves, y otros adornos las superficies de una obra ; nada mas sencillo que des– lumhrl1r con una profusion de garambainas, delicadamente dibujadas, pero que nada digan al alma ni al corazon , á los que ll0 sepan ver su efecto _!llego de puestas en obra, _á los que sean enteramente exfraños.á los rígidos ·preceptos de la Estética ; mas si conseguir este deslurríbra'– niiento es empeño de fácil logro, tambien es fácil alcanzar mas adelante el descrédito ~n lo mismo que -mereció el elogio. de la ignorancia. La ornameotacion de una· obra es uno de sus accesorios; quizás el maS--pü"" deroso para ayudar á cáracterizar!o; y por lo mismo que es. ac·cesorfo ~ · debe estarle completa é inmediatamente subordinado. En nuestra idea., las coronas cívicas ( que para mayor baratura pueden ser de fierro,func: dido bronceado) y los trofeos de armas, en representacion de lás cogida~:' · al enerñ·igo , hé aquí Jo esencia·! de la ornamentacion. Solo en fo~' carrenes de los arquitrabes, de la Galería del primer piso, d,e!O~f de descanso y del Café, es donde colocaríamos unas grecas ·~e(;~,~¡ co~iposicion ; solo en el íntrados de los arcos de estos dos últiili y en los recuadros correspondientes de las paredes, es d~nÜ ríamós arabes-eos cuya oroamentacion g11ardase analogía ·éfi de la Plaza. Poner ,mas adornos, fuera en nuestro el coste de la egecucioo y ostentar una riqueza fosnlsa y