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-17 - El proyecto de aquel monumento y la oportunidad del nombre elegi– do para la Plaza, son sin disputa dos de las cuestiones mas difíciles de satisfacer en el presente Concurso. Ocupémonos primero del nombre y -hablaremos en seguida del monumento. Es un principio incontestable que el nombre de todo sitio ú edificio público debería recordar á las generaciones presente y futuras los b.ecbos gloriosos ó memorables de una nacion, de un pais, de un héroe ó de un hombre superior al comun de sus semejantes, por su elevada ilustracion ó por su virtud incomparable , para que con aquel recuerdo se escitase · de continuo á dichas generaciones á imitar el ejemplo de sus antepasa– dos. Por desgracia, la casualidad, la ignorancia, el capricho y no pocas veces pasiooes ruines y miserables han sido el móvil y origen de la apli– cacion de muchos nombres que se han perpetuado en mooumentosJos mas respetables , con la sensible y deplorable circunstancia de significar algunos de ellos cosas obscenas y por lo mismo inmorales, ó bien hechos vergonzosos y degradantés. Pero, qué máximas deberian servir de · guia en la adopcion de aquellos nombres? Examinémoslo detenida– mente. .Cuando una .ciudad ó pueblo trata de condecorar un nuevo monu– mento con el nombre de alguno de sus reyes , príncipes ó corporacio– nes, cuya institucion ha durado siglos. enteros, es tan aventurada la eleccion como la idea de perpetuar en él las virtudes de todos, pues es desgraciadamente muy c.ierto. que en las .din.astías de los unos y en, los senos. de las otras han Ügurado tiranos y hombres corrompidos, perver, sos y odiados de muerte por los que tuvieron la desdicha de gemir b~j6 su yugo. Tal sucediera, á nuestro entender, .si se tratase de dar (la nueva Plaza el nombre colectivo de Plaia de los Concles de Barcelo.lia, ó de los Reyes de Aragon , ó de los Concelleres, etc. , etc. , como lo demostrarán estas sencillas reOexioaes. , -/ii-':\),):". Los qu~ han nutrido su inteligencia en las lecciones sociáles q#e f;'' , seña la historia, no ignoran sin duda que no todos los Condes. di ·celona han merecido la estimacion de sus contemporáneos YT gniente aprecio de los venideros. Si algunos .de estos lítulQsJiÍ ' 'i •'-) _'"i

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