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£ 4 acto libre de sti voluntad; pues gcémd ha de poder esta Nacion variar 6 contradecir, sus dis+ posicionés benéficas, sin ser injustas’ cuando ellos nd preden PeVocar sus Voltintades Sint 'sér’sacrf- tegos? Eb General de Capuchinos respetard’ siem- eS adelicadeza y rectitud de la conciencia de M- en 6rden a lo que como Principe cristiano y'catdlico, é hijo \obedienté® d la Iglesia ptieda mandar cerca dél’ progreso dé las doi tucibHibs religiosas €n sus bastos Estados: pero al mismo tiempo se considera ‘obligado 4 decir y sostener, que V. M. no puede sin cometer ‘tuna injusticia manifiesta , Spoderse: a que los Religiosos vivan conforme 4 la Gbediencia y disciplina regulat que han prométido y jurado guardar, y menos obligarlos 4 admitir otra distinta. _ -g Podria V. M. sin violar fos'derechos de la naturaleza’y de la religion ordenar ni decretar que “los casados dejando. 4 sus propias y legiti- mas esposas , prestasen sus obsequios ,, su amor, su ternura, sus brazos 4 otras mugeres aunque mas heritivadis massand$*y ‘robustas* Pues ¢ ¢- mo ha de poder obligar 4 los Religiosos desposa- dos éspiritualmente: por su. profesion con: Ia obe- diencia 4 sus Prelados, segun su regla y disci- plina vigente de la Iglesia, 4 que reconozcan, res- péten y obedezcan 4 los Ordinarios’ diosesanos, tan extraiios para ‘ellos en lo que no es confor- nié'4 derecho, como‘las mugerés de cualquie- ' ra clase para con los hombres que tiéneii'las su- yas propias y legitimas? Lia pluma, Senor, tiem- bla ‘et ld’ mano al expresar esta indicacion.. A Ja