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decantalicio. Cap. 2. 2Yr eonveríacion era tanperícóta, y tan ¿dmira= ble, que la vida no parecia de paítor, ni de la- brador enel fislo, finode Religiolo muy exercitadoen una Orden eftrecha. De que fe colige queno ay fuerte, ni eftado de hombre tan infimo, y defpreciado,como [ea honefto, en queno le pueda fervir al Señor , y adqui- rir excelentes virtudes, No Era tan inf gne fu devocional facrificia fantifEmo de la Mifía, en que la Mageftad de Dios nos franquea losteíoros de lu caridad, que no permiriendofele los dias de entre [e- maña oirla por lu inefcufable ¿Miítencia en el campo, quando eltava enel hoziendo oras cion, contemplava en (us mifterios tan viva- mente, y con tal prelenciade Chrifto Sacra- mentado, que las elpecies lolamente eran las queechavan menoslos ojos, pero la demas prelentelatenia el efpiritu. Af.Ao de que Diosícagradá de fuerte, que lo declaró, na en una ocafion ¿(ino en muchos, conun pro- digiofo milagro, haziendo que fu fiervo ls vicfled yna miíma hora eultivando en el c4. pola tierra, y aliftienada en el Templo ¿la Mifía, Con que la difputa reñida de los Teo. logos, (obre li an cuerpo pucdeá untismpa , €ftar por divina virtod en diverfos lugares, parcec que ya cs elculada conle quelo fuco- Ra b3 : dá