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de Cantalicio. Cap. 19: 189 Jgleñia hora, y media, le levantó, y con gran- de vélozidad,como quien llevava dentro de (i ardientes eltimulos de amor divino, le fue de(de tin rincon donde eltava , haíta el Altar mayor, repitiendo frequentiffimamente ef- ras breves, y fuaves palabras: O leíus mio!O dúlee amor mio! Llegó al Altar inflamado en atdóres puros de caridad, y en llegando, vió fobre la peaña al miímo leíus rodeado de cla- rifimos relplandores. Poltroíe el fanto varon entierra, y adoróle con fuma humildad. To- móle defpues en los bragos confiada, y amo- rofamente, y emperó a abracarle , y belarle con tal ternura, y á verter tal copia de lagri- mas, nacidas de lá fuente intima de lu amor, que anegandole en lu creciente, y en el mar de las incfibles delicias, que alli le le comuni- cavan, entendió, que entre los abracos de fu amado lefus le delamparava la vida.Gozó un buén rato de tanalro favor : y delaparecien- dofe elinmenío, y omnipotente Niño dex á fu fiervo lleno de gozo, y de loledad, aung Te quedo con él en el alma. “2EMegundo teftimonio,provado en las in- formaciones, esen elta manera. Vna noche cerca de la Palcua de Navidad, mirandolo fray: Alon fo Lobo deíd< una parte de la Iglefa o. sultiflima,eltando (an Felix haziendo oracion, Se. A Eo Ml yu 4 A